Fotografía de Marga Miró
A Antonio Rigo
:mi maestro
En la luna del maestro
las palabras son árboles
y la garza habita en las
raíces
donde todo se ordena.
Un mar de tierra
con aromas de chocolate,
un trueno en la nada
que desvela lo invisible.
En la luna del maestro
no hay necesidad
pero sí hambre
y una copa de vino
inagotable.
Las cosas no existen
pero suceden tres veces
y si se pronuncian
desaparecen.
En la luna del maestro
se escucha el vuelo del
mirlo
en los ojos de la hormiga
y la boca de la rosa
es un beso interminable.
Allí, ni risa ni llanto
y se deshojan las piedras
en las manos
en las manos
eternas.
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