BEBER LOS VIENTOS
El eje entre tú y yo
gravita
en el ángulo de un libro
transcrito
en horas de luz
y sus hojas
blancas como sábanas
permiten
esta inseparación,
arrebatándole la sombra
a la puerta prohibida.
***
Supe que estabas
sin verte,
no como cuando
no estás
y te veo.
Hay un claroscuro
entre nosotros.
Te intuyo
como sé que lo haces,
mientras
la piel del verso
resbala por la mía
y te atrapa.
***
Nuestras palabras compartidas
como una segunda piel.
Tu abrazo encajado
en el hueco del mío.
Y el aire, el aire de nuevo
que atrapa mis pensamientos
y te los entrega.
¡Qué extraño vivir!
Qué extraño será vivir
fuera del animal perfecto
de tu abrazo.
¿Cómo podré?
Ni el abecedario completo
podría responderme.
***
Porque
el láser de tu pupila
atraviesa mi pensamiento
en el instante
de un parpadeo.
Por eso te amo.
***
Ámame siempre
como si fuera un instante
y no hubiera distancia
entre la eternidad y ahora
y el tiempo transcurrido
no importara.
Ámame así,
que yo sabré amarte
con fugacidad intensa
con la levedad del tiempo
y la precisión de un beso.
Poemas de Las Hijas de la Luna / Ens agraden els llibres
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