Me gusta caminar
por la orilla del mar,
dejar que mis ojos
imiten el vuelo
de las gaviotas,
empaparme
en los aromas y
la música
que desprenden
las olas.
Dejar mis pisadas
sobre la arena y
percibir su sonido
mientras
son devoradas
por aguas de sol:
lo que queda de mí
se funde
con las pisadas
más allá de la luz:
todo vuelve
a ser perfecto
en lo invisible.
***
Poeta
¿Ave o mujer,
arena o fuego?
Viento de otoño
entre sus dedos.
***
Olvidar las flores,
el invierno,
todo eso,
y dejar la hoja suspendida
en el último aliento
capaz de pronunciarte.
Que se quede intacto
el instante y
la inocencia.
***
Atrapada en su giro
contemplo
el baile de la peonza.
No puedo resistirme
a las voces de los niños,
me zambullo en ellas
y giro, giro
entre mi niñez
y su infancia.
***
Si es que soy árbol
El vuelo de las hojas
Si es que soy nada
Preciosas niña, como toda tu enterita!
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