La ventana casi abierta
de par en par,
nada se interpone
al canto del grillo
y el dolor mengua.
Fue silencio
el beso:
fue el silencio
y tu piel, alba.
Abrazo la fuente
de tus rodillas.
Fiera de luz,
suave una mano
tuya en mi cabeza,
dices: te ha crecido
la frente y no me enfado.
La luna suele
bailar entre tus dedos;
no te importa.
El epitafio rezará:
ella nunca ha mentido.
***
He visto
la lágrima
de una rosa.
La tercera alma
y el hielo.
Soy de lejos.
Quiero volar
a otro mundo.
***
Verte recostada
en la puesta
de sol de los edificios
es tapar el mar a besos
y abrazar lo enorme
de tus pestañas.
Toco el lazo púrpura
de tus costillas.
Estoy dentro del sexo,
la toalla roja ha quedado
prendida de ese aroma
tan tuyo, y esta luz
que hoy viene perezosa
acompaña
al grillo que susurra en ti
y hace sonar cascabeles:
desayuno la música del gorrión.
Algunos dicen: es daltónico,
por eso amo tus colores
más allá del nombre.
Aúllan los tres lobos que soy.
Poemas inéditos / Biel Vila
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