Ayer vi a un niño despedirse del agua de una
fuente
como si fuera un amigo.
Su madre susurra:
¬Dile hasta mañana.
Incluso al irse
no dejó de mirarla.
Y descubres que tienes menos amigos.
***
El otro día del bolsillo de un poeta tomé prestado
un sueño.
Leve y transparente el hada estaba ahí.
***
A veces las respuestas
están a ras de suelo,
por eso no dejo
de mirarme los zapatos.
Vivo en las pequeñas cosas / Ediciones La Baragaña
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