jueves, 15 de septiembre de 2022

3 Poemas de Federico García Lorca

 


Era mi voz antigua
ignorante de los densos jugos amargos.
La adivino lamiendo mis pies
bajo los frágiles helechos mojados.

¡Ay voz antigua de mi amor,
ay voz de mi verdad,
ay voz de mi abierto costado,
cuando todas las rosas manaban de mi lengua
y el césped no conocía la impasible dentadura del caballo!

Estás aquí bebiendo mi sangre,
bebiendo mi humor de niño pesado,
mientras mis ojos se quiebran en el viento
con el aluminio y las voces de los borrachos.

Déjame pasar la puerta
donde Eva come hormigas
y Adán fecunda peces deslumbrados.
Déjame pasar, hombrecillo de los cuernos,
al bosque de los desperezos
y los alegrísimos saltos.

Yo sé el uso más secreto
que tiene un viejo alfiler oxidado
y sé del horror de unos ojos despiertos
sobre la superficie concreta del plato.

Pero no quiero mundo ni sueño, voz divina,
quiero mi libertad, mi amor humano
en el rincón más oscuro de la brisa que nadie quiera.
¡Mi amor humano!

Esos perros marinos se persiguen
y el viento acecha troncos descuidados.
¡Oh voz antigua, quema con tu lengua
esta voz de hojalata y de talco!

Quiero llorar porque me da la gana
como lloran los niños del último banco,
porque yo no soy un hombre, ni un poeta, ni una hoja,
pero sí un pulso herido que sonda las cosas del otro lado.

Quiero llorar diciendo mi nombre,
rosa, niño y abeto a la orilla de este lago,
para decir mi verdad de hombre de sangre
matando en mí la burla y la sugestión del vocablo.

No, no, yo no pregunto, yo deseo,
voz mía libertada que me lames las manos.
En el laberinto de biombos es mi desnudo el que recibe
la luna de castigo y el reloj encenizado.

Así hablaba yo.
Así hablaba yo cuando Saturno detuvo los trenes
y la bruma y el Sueño y la Muerte me estaban buscando.
Me estaban buscando
allí donde mugen las vacas que tienen patitas de paje
y allí donde flota mi cuerpo entre los equilibrios contrarios.




Equivocar el camino
es llegar a la nieve
y llegar a la nieve
es pacer durante veinte siglos las hierbas de los cementerios.

Equivocar el camino
es llegar a la mujer,
la mujer que no teme la luz,
la mujer que no teme a los gallos
y los gallos que no saben cantar sobre la nieve.

Pero si la nieve se equivoca de corazón
puede llegar el viento Austro
y como el aire no hace caso de los gemidos
tendremos que pacer otra vez las hierbas de los cementerios.

Yo vi dos dolorosas espigas de cera
que enterraban un paisaje de volcanes
y vi dos niños locos que empujaban llorando las pupilas de un asesino.

Pero el dos no ha sido nunca un número
porque es una angustia y su sombra,
porque es la guitarra donde el amor se desespera,
porque es la demostración de otro infinito que no es suyo
y es las murallas del muerto
y el castigo de la nueva resurrección sin finales.
Los muertos odian el número dos,
pero el número dos adormece a las mujeres
y como la mujer teme la luz
la luz tiembla delante de los gallos
y los gallos sólo saben votar sobre la nieve
tendremos que pacer sin descanso las hierbas de los cementerios.

"Poeta en Nueva York" / Federico García Lorca
Editorial Lumen




lunes, 1 de febrero de 2021

5 Poemas de Hannah Arendt

 



No hay palabras que irrumpan en la oscuridad

ni dioses que alcen la mano.

Adonde quiera que mire...

tierra amontonándose.

No hay formas que se desprendan

ni sombras que se ciernan.

Y sigo oyendo todavía:

"Demasiado tarde, demasiado tarde".


***

A...

Toma la pesada carga de mis deseos.

La vida es amplia y no tiene prisa.

Restan aún muchos países en el mundo

y abundantes noches al descampado.

¿Pues quién conoce la balanza

de la vida y los pesares?

Quizá en los días de senectud

todo esto se dirima.


***

DESPEDIDA

Tú nos provocas el duelo de que nada perdura

para nosotros

y nos brindas esperanza cuando tantas cosas se

apresuran,

eres para nosotros señal de alegría y dolores,

nos muestras los caminos y nos abres los corazones.


Tú ensamblas como jamás lo harían nuestras

manos.

Creemos en la fidelidad y sentimos el cambio.

No podemos decir hasta qué punto nos unimos.

La único que podemos hacer es llorar.


***

A nadie le incumbre

lo que somos y lo que parecemos.


Eñl cielo está en llamas,

clarea el firmamento

por encima de un estar juntos

desconociendo el camino.


***

Aún sin noticia 

de aquellos días

que, dándose paso unos a otros,

se consumieron fogosamente

y nos laceraron:

la llaga que deja la dicha

se torna estigma, no cicatriz.


De ello no queda noticia


si tu decir

no le brindara permanencia:

la palabra poetizada

es sede que ampara y no guarida.


"Poemas" - Hannah Arendt
Editorial Herder



martes, 27 de octubre de 2020

Poemas de "Otra vez Eros" - Cristina Peri Rossi

 



CONDICIÓN DE MUJER

Soy la advenediza
la que llegó al banquete
cuando los invitados comían 
los postres

Se preguntaron
quién osaba interrumpirlos
de dónde era
cómo me atrevía a emplear su lengua

Si era hombre o mujer
qué atributos poseía
se preguntaron
por mi estirpe

"Vengo de un pasado ignoto -dije-
de un futuro lejano todavía
Pero en mis profecías hay verdad
Elocuencia en mis palabras
¿Iba a ser la elocuencia
atributo de los hombres?
Hablo la lengua de los conquistadores
es verdad,
aunque digo lo opuesto de lo que ellos dicen."

Soy la advenediza
la perturbadora
la desordenadora de los sexos
la transgresora

Hablo la lengua de los conquistadores
pero digo lo opuesto de lo que ellos dicen.

***

CONTRA LA FILOSOFÍA

Dicen los filósofos
que sólo lo inmediato es verdadero

Si no escribo este poema
nadie sabrá en el futuro
que una nos amamos con intensidad en un tren
-de San Sebastián a Barcelona-
Si no escribo este poema
no lo sabrá tu marido
Si no escribo este poema
no lo sabrás tú
no lo sabré yo

Sólo lo inmediato es verdadero
Salvo para la poesía.




DISTANCIA JUSTA

En el amor, y en el boxeo,
todo es cuestión de distancia.
Si te acercas demasiado me excito
me asusto
me obnubilo            digo tonterías
me echo a temblar.
Pero si estás lejos
sufro entristezco
me desvelo
y escribo poemas.

***

EDUCACIÓN SENTIMENTAL

Si fuera analfabeta
aprendería en su cuero
a leer los códigos
que tienen los pájaros
con códigos que tienen las aguas
y el abecedario transparente
de su desnudez
forma de la luz
reflejada en el espejo
-ajedrez oscuro-.

***

ESTADO DE CELO

El celo no son los celos
ni es el cielo,

pero se le parece tanto.


POÉTICA

Las palabras son espectros
piedras abracadabras
que saltan los sellos
de la memoria antigua

Y los poetas celebran la fiesta
del lenguaje
bajo el peso de la invocación

Los poetas inflaman las hogueras
que iluminan los rostros eternos
de los viejos ídolos

Cuando los sellos saltan
del hombre descubre
la huella de sus antepasados

El futuro es la sombra del pasado
en los rojos rescoldos de un fuego
venido de lejos,
no se sabe de dónde.

***

HIPÓTESIS CIENTÍFICA

Nada dice acerca del amor
la hipótesis biológica
de que se trata de una reacción química.

No tengo ningún inconveniente en admitir
que te aman mis jugos interiores
que tu ausencia me intoxica la sangre de negra bilis
que al contemplarte
sube la tasa de mi nmonóxido de carbono
y los linfocitos se reproducen alocadamente.

Si me pongo lírica
y se me traba la lengua
¿cómo no reconocer que alteras mi metabolismo basal
y entorpeces mis digestiones?

Mis narinas tiemblan
aumenta la presión de la sangre
enrojezco y me altero
o sudo y palidezco.


Mi amor es gutural e instintivo
como el celo de los animales.
Cualquier metáfora que erija
como un vestido sobre la epidermis
será artificio.

Y sin embargo,
                           cuando te hablo,
evoco leyendas antiguas:
Tristán, Iseo, la cruel Turandot,
Dido, la enamorada, y la indiferente Helena
se amontonan en mi boca,
viajan,
en ríos blancos de saliva.

                          Hipótesis científica
o cultura, 
lo mismo da:
mis vísceras no distinguen,
aman, sin preguntarse qué es el amor.

***

TU MEMORIA

Tu memoria
procede de los holocaustos:
quema arrasa arranca
extermina los vencidos
Napalm sobre los orgasmos encadenados
Fósforo sobre los cuerpos amados
Cal encendida sobre las pieles brillantes

Tu memoria
convierte el lecho en nicho

¡Gloria a las luces malas,
a los fantasmas de los desaparecidos!


DESCRIPCIÓN DEL GOCE

Amo la obscenidad pesada de las morsas
desperezándose en la plataforma de madera
-lecho-
cerca del agua
Ellas gozan bestial
sabiamente
de la luz del sol
de la sal del aire
de la humedad del mar
Saltan resoplan babean se solazan
Caen pesadamente, como globos hinchados
Reaparencen, cargadas de brillo y de placer
Flotan y se hunden
Farfullan y baten
sus pelos relucen
tiemblan sus fauces
y un ruido sordo
-el del orgasmo masturbatorio-
rompe el aire
como un mensaje sonoro
que viene del fondo de la especie
del fondo del mar.

***

CRUCE DE CALLES

Bajo la luz del semáforo
(No morí entonces, como era de esperar)
volver a vernos
(Unas canas más, ah, qué raro vestido)
saludarnos -incertidumbre entre la mano y el beso-
Ibas rumbo a la oficina
tanto tiempo sin vernos
(en cambio, moriré de cosas veniales)
"Leo en los periódicos lo que escribes"
escribo más que eso, te juro
He pagado el precio, y aún más,
"Un día de estos podríamos encontrarnos"
(te juro: no morí por eso)
Recordaremos los amigos, los paseos
Como una pequeña piedra del zapato
extraerás de la memoria alguna anécdota común
el semáforo cambia
Nunca supe qué era el olvido.

***

ENCOMIENDA

No sé qué apetencias oscuras
hay en su cuerpo, señora,
encerradas en carnes blancas,
señora.
Para que de pronto, su ansiedad estalle
como granada abierta
(de grandes labios rojos)

Me hago cargo, señora,
me hago cargo:
la monto la manto la palpo la sobo
la beso la calco la solapo
y usted bala como bovina
usted ruge como marabunta
usted piafa como yegua de raza
usted resopla coo marsopa
usted finalmente acaba
a caballo
y yo acabo.

"Otra vez Eros" - Cristina Peri Rossi
Editorial Lumen

















domingo, 8 de marzo de 2020

3 poemas de Naufragios - María Iluminada González


I

UNA MUJER DORMIDA ES PRESA FÁCIL
sólo basta tenderse a su lado
penetrarla con una luz cualquiera
y respirar profundo para no tragarse la muerte de su rostro.
Una mujer desnuda nunca se cree estafada
la noche es sólo un puente para saltar
sin miedo de lo que pueda haber al otro lado de sus ojos.

II

En mi ventana tras la reja sin luz de mi ventana
la noche también es un puente.
Yo estoy en el lugar más alto de la noche
jugando a estar despierta
habitar de verdad estas paredes que escribieron los niños
mientras creían atrapar la infancia.
(¿En qué hoguera del cuerpo se nos quema la infancia
en qué grito por quién?)
Mamá recoge las cenizas. Mamá esparce las cenizas.
Mamá zurce las alas.
Dios tenga piedad de los que vuelven.

III

Volver es siempre una forma de perderse
dejarse devorar por el miedo a uno mismo
por la derrota del paisaje que también es el mismo
y que no precisa de regresos
porque tú eres un árbol un río una ciudad el
caminante
estás ahí al doblar la noche
entrando y saliendo de ti
aproximándote a lo perenne
al sitio exacto del naufragio
al vasto corazón.
Nunca abras la puerta si no estás detrás de ti para cerrarla
porque volver no siempre es regresar.

IV

A veces quisiera ir desnuda por las calles
ofrecerme de contrabando y escoger al animal más hermoso
al animal de ojos heridos y amurallados
que saltará sobre mí como un pájaro agonizante
en busca del inmortal vuelo.
¡Oh prostitutas de alas negras
mi sexo irrumpiendo en el mercado con su néctar en cruz!
¡Oh inmaculadas y castísimas señoras
la deesnudez purifica como el vino
abre todas las puertas para que te descubras
para que te conquistes desde adentro!
La desnudez puede ser una llave.
Yo desnuda relampagueante como un ángel
mientras la noche se tiende dulcemente a mis pies.

V

A veces también quisiera ser un perro
ser de verdad el mejor amigo del hombre
custodiar la blanca hospitalidad de la luna
desde los desiertos portales
justificar mi voz lamiendo la ternura.
Un perro es una aprobación mansa
sin otra alternativa que su lengua.
Un perro es la justicia
salvándote a mordiscos de la conciencia.
Esta noche ladro a la soledad
al látigo ancestral de su sombra.

VI

La larga noche cae sobre la misma aridez de otras noches.
En la inmensa dinastía de su silencio
estamos juntos terriblemente amarrados
y nadie se reconoce en otros rostros
todos negamos la exactitud del corazón
su fortaleza inexpugnable.
Por esta vía es tan simple la soledad
la palabra soledad suspiro sombra muerte.
En la memoria del sueño somos reyes.
Alguna vez allí yo cantaré con esta misma voz que muerde
su antigua heredad.
No habrá otra resurección que la de la sangre.
En su misterio en el violento manantial de su misterio
yo cantaré cantaré amparándome contra cualquier olvido.

VII

Por aquí cruzó un río.
El agua abrió túneles en los amaneceres
por donde se escapaban los amantes borrachos con sus soles.
Aquí me miró Dios alguna vez
cuando las puertas no combatían contra mí
cuando yo era una puerta
una mujer estallando en su semilla.
Quiero creer que esta mujer es la misma
recostada a sus pájaros con una luz suicida
su mano en la perfecta precisión del vuelo.
Quiero creer en este insomnio
que arroja el arco y la manzana
contra los gritos sin rostros de la noche.





QUIÉN VA AMAR A ESTA MUJER
que abortó un hijo por comodidad y sembró violetas
donde debieron crecer indefensas canciones de cuna
y cuando quiso decir hijo mío
habían emigrado todas las palomas.
Qué voces esperar qué manos si salta y salta
para caer desde sí misma
cerrando puertas inútiles pedradas al tiempo.
Quién va a salvarla desafiar la miseria de su vientre
asustada como está ante la moral mientras contempla
con limpio y legítimo deleite los pechos de la amiga.
Ay quién va a amarla
sin saber si mañana estará amaneciendo
entre las grietas de estos muros
si ellos darán constancia de sus pasos
de la orfandad de su palabra.
Quién se repartirá sus adjetivos su deuda con el sol
el espejo que guarda intacta su memoria.
Cómo saber si alguien se robará una estrella
y esperará a que se desnude con su eterno temor a 
equivocarse
esta mujer que amó por igual al santo y al hereje
que nunca fue leal y acusa a las vocales de su nombre
tutelares fantasmas que la noche hace danzar
urdiendo versos que otros han urdido en amaneceres
memorables.
Esta mujer que no se atreve a poner camelias en su pelo
y vestida de blanco se baña en rarísimos perfumes
sin saber si asistirá al milagro de la resurrección
o a un baile de máscaras.





TU SEMEN HUELE A FLORES
deja que eche raíces en mi lengua
y sobre la vasta y cálida pradera de mis pechos
se esparza como un río también sediento de mi carne.
Quiero beberlo en esa copa natural y sagrada
donde se hermanan vida y muerte
y los límites son de frágil y moldeable cristal.
Hombre mío cordero mío
heredero universal de mis orgasmos
fecunda a golpes de luz mi garganta
mi fuente de jade derramándose
dulce manantial donde renacerás
sangre de mis sueños.
¡No haya gruta o ladera ventana o abismo de mi cuerpo
que no sea conquistado por tu olor!
Que todos sepan cuánto de nuestro amor hemos lamido
cómo sorbemos nuestros jugos
hasta convertirnos en esa rara sustancia divina
que sólo descubren los privilegiados de la luz.
Vuelve a devorarme como si el tiempo fuera
una estación inventada por los dioses
para jugar al arrepentimiento y a la mentira de existir.
Pero mientras nos convoquen las campanas
táñeme hombre mío llameante talismán que enarbolo
para que el tiempo sea sólo tiempo
y mañana una palabra ajena
que nada tiene que ver con nuestro baile.

"Naufragios" / María Iluminada González
Premio Internacional de Poesía 2010
Casa de teatro






martes, 18 de febrero de 2020

Poemas al agua y / Paula Ensenyat



Agua Luna

Escultora infinita
de temple,
vórtice que me acerca
a la frontera de mí misma
o de la piel.
Certeza táctica
de una purga intangible
que oculta el fin
en un inicio constante.
Luz
Sombra.
Ya nada importa
lo que quiero
o no sino
lo que soy:
vértice oscuro
en tus aguas,
hambre clara
de tu voz.
¡Oh, maga!
Saber que llegas
hace que todo se vea
más de cerca.


***

Sin nada pasar algo pasa:
soy de nuevo y en pasado
antigua víscera graduada,
soy de viejo y en presente
árbol donde habita el bosque.
¿Lo ves?
En juicio de transparencia
el rayo
capturado en una botella.
Qué cerca ya
el alarido del pulso
cuando el amor
también
no lo puede todo.


***

A cara de agua,
mientras el incienso serpentea
y convierte el aire
en camino de rosas lentas.

Allí, aquí,
soy agua abierta
que escudriña aliento y vida.

Una mujer acuna las manos
en una alberca.
También soy ella;
también me di al silencio
que mis mares rigen.

Cierro los ojos para ver
y siento
que me remiendan lenta,
cierta,
con esa gota que hace
de ti
de mí
del agua
un soplo
enteramente uno.


***




Abrazada al almendro,
al pálpito de su savia
adicta,
me sé ola estrellándose
contra la roca.
Diseminada
regreso al origen regreso
a la entraña.
Lo que el mar haga conmigo
qué importa;
a cada gota
su transparencia
y luego

***

Hay una línea en la línea
entre mis labios
donde muerte y vida
se engarzan.
Tiemblo en beso
que cabalga silencios,
fijo la mirada
en el aliento roto
y acaricio la levedad
de nada.
Abismo adentro
sin existir existo
y desaparezco;
la piel sostiene
espectro y latido.


***

Amanece en la copa
que guarda muerte y vida.
Más allá de la niebla
los cuernos llaman a la tierra
y ojos como dientes
escudriñan piel y rayo.
Es hora del grito silencio.
Aquí, la carne se despereza
en la carne y el fuego
se rebela contra las llamas:
todo y nada en todas partes,
en ninguna, o en el aullido
del agua en el aire.
No llueve pero diluvia;
sus ruinas me dejan tan cerca
del trueno que sé que no existo.

***





Entre los labios del agua
amor y amar son uno y
conmigo somos él.

***


Esta mano sumergida
en balbuceo de espejo,
los ojos cerrados
buscando tientos;
tanta nada me inunda
que me sé cierta.
A níspero de delirio
asoma en vaho el tulipán
que no me nombra.
Maduro a tierras agua
a nube hierro maduro
y caigo
en la cresta epicúrea
de la higuera.

***

¿Muere el fuego en la piel
como muere en la memoria?
Escudriño en el recuerdo
y caigo en la niebla
que antecede al labio:
sólo saliendo dentro
habito el vacío de fuego.


Paula Ensenyat


jueves, 13 de febrero de 2020

Árboles - Antonio Rigo

Fotografía de Marga Miró


el mirlo
bebe un buche de agua
cuando no miro.

***

a media tarde
el grito del pavo real
en el ojo de la milana.

***

ahí está
pequeña, morada y pálpito.
este huerto, esa luz
procura armonía
a la cocina de nuestro estómago.
tú berenjena, cateral de la tierra.

***

Baobab /net


¿qué me estará 
diciendo el jazmín
que me deja
desnudo sin quererlo
aturdido de belleza
a las puertas
de no sé qué
misterio?

***

árboles
: oscura llama inflamada,
lengua cierta de la noche,
cuerpo de mi cuerpo
cuando no soy y
me dejo
entra la invisible luz
de su silencio

***

¿cuánto dura la lentitud?
la poesía: estar preparado
para no sé qué

***

Fotografía de Antonio Rigo


debo haber estado
más de una hora
detenido entre los árboles.
después, de lejos
he venido a buscarme
y he regresado,
cabizbajo,
como avergonzado
de estar de nuevo
entre los hombres

***

en las ramas 
más altas
el sol escribe
crepúsculo
de otoño

***

salgo de casa
entro en la luna

***


"Árboles" / Antonio Rigo
Las hojas del Baobab / stabil&studillo editores